Contenido:
1. Fenómenos Naturales y Desastres.
Nuestro Planeta se encuentra en constante transformación, sometido a colosales fuerzas tectónicas y cambios atmosféricos drásticos. Todos estos fenómenos naturales no son más que manifestaciones normales del entorno geográfico en el que nos toca vivir, lo cual por cierto, no tiene nada de sobrenatural. Sin embargo, desde tiempos inmemoriales, hemos ido creando numerosos mitos y leyendas, asignando a la Naturaleza o a fuerzas superiores, el propósito de castigar el mal comportamiento del ser humano.
Así tenemos numerosas referencias históricas que encuentran la causa de las catástrofes tales como destrucción de ciudades por volcanes o terremotos, sequías, diluvios o plagas, a la debacle moral de algunas civilizaciones o simplemente al azar. El mensaje equivocado que se transmite a través de generaciones es el siguiente: los desastres son naturales e inevitables. Según ello, pretender reducirlos o eliminarlos está fuera de nuestro alcance, y por ello es mejor acostumbrarnos a vivir con ellos o pedir clemencia cuando se produzcan.
Sin embargo, la historia nos enseña que en muchas culturas como inca y pre-inca se fue aprendiendo a respetar las fuerzas de la Naturaleza y adaptaron sus poblados según el lugar geográfico elegido. Testigos de ello son sus edificaciones y obras de ingeniería que luego de siglos, han sobrevivido a estos eventos.
El derrumbre de las culturas autóctonas y los procesos de conquista y colonia, ha traído como consecuencia la pérdida incalculable de sabiduría acumulada durante siglos por sus habitantes, tanto en las técnicas constructivas y agrícolas, como en el conocimiento del territorio para ubicar nuevos centros poblados. Para determinar el riesgo de un lugar se han abandonado criterios básicos como el siguiente: un suelo alto es difícil que sea inundable, un suelo seco y duro resiste mejor un sismo, un suelo inclinado tiende a deslizarse. Por lo tanto un suelo alto, seco, duro y plano reúne las mejores condiciones frente a las amenazas naturales.
Los mitos sobre la causa de los desastres aún hoy supervive en la mente de muchos ciudadanos, autoridades e instituciones. Basta leer los titulares de la prensa, luego del Fenómeno del Niño o los terremotos recientes: ..”la naturaleza se ensañó con el Norte...”, “Las poblaciones del Sur fueron duramente castigadas por el sismo..”.
Por
el contrario, los investigadores y profesionales debemos saber distinguir con
claridad y difundir, que el fenómeno natural, inevitable, no trae
necesariamente el desastre. Solo si existe vulnerabilidad ante el fenómeno
estaremos expuestos a sufrir pérdidas y muertes. Debemos actuar entonces sobre
los factores sociales que hacen vulnerables nuestras vidas y bienes, con mayor
razón, si nuestro país tiene escasos recursos económicos y cada desastre
significa un enorme retraso en su desarrollo.
2. Los Desastres recientes en el Perú.
Si el fenómeno de El Niño de 1982-83 fue previsto por los científicos algunos meses antes, el evento similar de 1997 fue detectado con mayor anticipación, gracias al avance en los instrumentos de medición y la red mundial de información que se ha establecido para monitorearlo. Sin embargo, el avance en el conocimiento de este fenómeno no se ha traducido necesariamente en la reducción de las pérdidas por desastre, lo cual nos está indicando las ineficaces o pocas medidas de prevención adoptadas.
En el caso de los sismos, especialmente en las ciudades de la Costa, tenemos una clara idea del por qué y cómo se producen, esperándose nuevos y mayores eventos: recuérdese el silencio sísmico de 27 años en Lima. Complementariamente se requiere de un mejor monitoreo de la sismicidad de estas zonas, tanto a nivel regional como local, con mayor énfasis en los poblados de rápida expansión. Si observamos la estadística de los sismos sentidos en el Sur, desde algunos meses antes del Terremoto de Ocoña (IGP), se puede apreciar un cierto incremento de la actividad tectónica previa al evento principal. Aunque esto no siempre se puede dar, si puede tomarse como referencia para reforzar los simulacros preventivos.
En 1996 Nasca-Acarí y últimamente, el 23 de Junio pasado en los departamentos de Arequipa, Moquegua y Tacna, los terremotos han destruido numerosas viviendas mal edificadas, mal ubicadas o hechas con materiales débiles, lo que pone en evidencia la alta vulnerabilidad de estos centros poblados y nuevamente, la falta de prevención.
3. Los agentes de la Prevención de
Desastres.
Entendemos que la prevención de desastres tiene que ser una labor multidisciplinaria, no solo en el plano científico sino también y fundamentalmente, compromiso de 4 sectores de la sociedad: las autoridades políticas, los profesionales y técnicos, los medios de comunicación y las poblaciones en riesgo.
La prevención debe dejar de ser exclusiva actividad de algunas ONG con apoyo de agencias de cooperación internacional y mas bien convertirse en política de Estado, como parte de los planes nacionales de Vivienda, Regionalización y Descentralización, destinándose recursos a los gobiernos locales para la planificación del crecimiento urbano y repoblamiento de ciudades del interior.
En el campo de la investigación de tecnologías constructivas adecuadas, las Universidades de las provincias deben recibir apoyo especial del Estado y poder asumir el liderazgo, tanto en laboratorios de ensayo de materiales, como en asesoría y difusión de normas a los gobiernos locales y población, así como también en la elaboración de planes de reconstrucción y estudios de riesgo de las áreas urbanas y zonas de reubicación de viviendas.
Como se ha recomendado reiteradas veces, las autoridades locales deben condicionar la autorización de todo nuevo asentamiento humano, a estudios previos de vulnerabilidad y acorde con los planes reguladores de repoblamiento de ciudades.
Por su lado, las poblaciones en riesgo deben organizarse o fortalecer su organización para identificar sus factores de vulnerabilidad, formular sus pedidos a las autoridades y comprometerse en participar activamente en las tareas de prevención o reconstrucción.
Los medios de comunicación a su vez, deben recibir capacitación en los conceptos de desastres y prevención y participar directamente en las campañas de difusión de normas y planes de prevención y emergencia en cada localidad vulnerable a desastres. La prensa hablada y escrita puede cumplir tiene un rol educativo decisivo en este campo.
Como
se ve, cada uno de estos 4 sectores sociales tiene mucho que aportar a la
prevención siempre que se establezca una adecuada y permanente coordinación
entre ellos, bajo el papel promotor del Estado.
4.
El Planeamiento como herramienta de Prevención.
La prevención de desastres comprende un conjunto de actividades tanto técnicas como sociales. En el aspecto técnico, debemos estudiar tanto los sistemas constructivos como el lugar donde se ubican las obras civiles.
En cuanto a los sistemas constructivos, varios centros de investigación en Universidades como el CISMID de la UNI y la Universidad Católica de Lima, han venido ensayando materiales y modelos de edificaciones sismo-resistentes. Otro aporte es el de las ONG como PREDES, que vienen diseñando e implementando desde hace una década, alternativas tecnológicas como la quincha mejorada, ofreciendo soluciones seguras y económicas. Sin embargo en cuanto a la ubicación de centros poblados, existe aún un gran déficit.
Consideramos que se puede reducir drásticamente la vulnerabilidad frente a desastres, mediante la aplicación del planeamiento urbano, entendido como un plan inteligente de ocupación del territorio, sobre la base de la calificación de riesgo del suelo ante las diversas amenazas naturales.
Examinando el desarrollo demográfico del Perú, se aprecia que el fenómeno de la migración del campo a la ciudad ha devenido en un crecimiento caótico y vertiginoso de las capitales, especialmente de la Costa y la formación de asentamientos marginales sin mediar ninguna evaluación de riesgo de desastres. Ello aparejado al uso de materiales débiles y sin la dirección técnica del proceso constructivo han incrementado drásticamente el riesgo de gran parte de nuestra población.
Desafortunadamente, los gobiernos locales y Gobiernos anteriores, han contribuido a alimentar este caos, con ofertas electorales de entrega de títulos de propiedad y obras de infraestructura a cientos de asentamientos urbanos absolutamente al margen de su situación de riesgo, favoreciendo además el flujo migratorio centralista, al priorizar la inversión pública mayormente en la Capital, en perjuicio del resto del país.
La prevención de desastres cuyo fin es reducir de la vulnerabilidad exige una Política Nacional de Población que se plantee el repoblamiento del país, de manera racional y armónica, en el marco de la promoción de la agricultura y la agro-industria así como del fortalecimiento de los polos de desarrollo regionales y las fronteras vivas.
Existen importantes aportes de investigación en el planeamiento contra desastres especialmente en las 3 últimas décadas, expuestos en numerosos simposios y conferencias. Nos referimos a un conjunto de tecnologías propias, entre las que destaca el método de microzonificación de áreas en riesgo.
Esto llevó a considerar la necesidad de dividir el área urbana en zonas de diferente calificación de riesgo, para recomendar en cada una de ellas, un uso distinto del suelo. Sin embargo, esto requería de instrumentos sofisticados y costosos para medición del comportamiento sísmico del suelo. Por ello, se desarrolló un método simplificado, incidiendo en el análisis de la topografía y geología del área a estudiar. Si bien de menor rigor en el cálculo matemático, este método es aproximativo y práctico y de fácil aplicación en cualquier lugar del país.
El método simplificado de microzonificación, habiendo surgido para reducir daños por sismos, se amplió luego del Sismo de Arequipa 1979, al considerar las otras amenazas naturales, tanto climáticas como de geodinámica externa que concurren en un lugar dado.
En síntesis, el método plantea:
Constituir un equipo multidisciplinario, preferentemente de los campos de ingeniería civil, arquitectura, geología, hidrología y sociología,
Delimitar el área de estudio, obtener toda la información posible : estadísticas climáticas, planos que recojan la información topográfica y geología local, asi como testimonios de pobladores del lugar, y efectuar un exhaustivo reconocimiento del terreno.
Evaluar cada amenaza natural y elaborar un plano para cada una de ellas, describiendo su dirección, amplitud y características.
Dividir cada uno de estos planos en 4 tipos de zonas: muy alto, alto, medio y bajo riesgo.
Superponer estos planos, obteniendo uno que consolide toda la información, el que será el plano de microzonificación final o Mapa de Peligros o Amenazas.
Recomendar para cada una de estas zonas, un determinado uso del suelo, priorizando por ejemplo, viviendas y hospitales en zonas de muy bajo riesgo. En el otro extremo, zonas recreativas o parques en zonas de alto riesgo.
De todo lo señalado, podemos indicar que:
Los desastres no son “naturales”, son responsabilidad del ser humano y la sociedad.
Prevenir es actuar sobre los factores sociales que hacen vulnerables nuestras vidas y bienes.
Los recientes sismos del Sur e inundaciones en el Norte demuestran el incremento de la vulnerabilidad de las zonas afectadas.
Los gobiernos locales y Gobierno Central han contribuido a alimentar el caos urbano, ofreciendo títulos y obras de infraestructura a nuevos AAHH, sin tomar en cuenta su situación de riesgo.
Existe un mejor conocimiento de los fenómenos que producen desastres, pero esto aún no se traduce en reducir la vulnerabilidad de muchas zonas en riesgo.
La Prevención debe dejar de ser exclusiva actividad de algunas ONG y convertirse en política de Estado.
La prevención de desastres exige una Política Nacional de Población, que evite una mayor concentración de habitantes en zonas de alta vulnerabilidad.
Los 4 agentes sociales de la Prevención (autoridades, profesionales, medios y población) deben establecer una adecuada y permanente coordinación entre ellos, bajo el papel promotor del Estado.
Se puede reducir la vulnerabilidad mediante el planeamiento urbano, entendido como un plan inteligente de ocupación del territorio.
Existen importantes investigaciones en el planeamiento contra desastres, entre las que destaca el método de Microzonificación contra Desastres.
Octubre
2001
“Microzonificación Sísmica para Prevención de Desastres” – Ing. Jorge Meneses Loja -Memorias 4to. Simposio de Prevención y Mitigración de Desastres – CISMID-UNI - Mayo 1990
“Planeamiento para Mitigación de Desastres en la Región Grau” – Ing. Eduardo Lazo - Memorias 4to. Simposio de Prevención y Mitigración de Desastres – CISMID-UNI - Mayo 1990
“Técnicas de Microzonificación” – Ing. Jorge Meneses Loja – 5to. Simposio Nacional de Prevención y Mitigación de Desastres – CISMID - Mayo 1991
“Sistemas Constructivos experimentados en la zona de Alto Mayo” – Ing. Hugo O’Connor - 5to. Simposio Nacional de Prevención y Mitigación de Desastres – CISMID - Mayo 1991